lunes, 2 de abril de 2012

Menú de la noche: champagne, tarta y Steve Aoki


Nunca pensé que podía caber tanta gente en el pabellón Satélite de Telefónica Arena de Madrid. Casi 7.000 personas se congregaron el pasado 30 de marzo en esta sala para poder ver, bailar y flipar con el capo del sello Dim Mak aka Steve Aoki. La que lió este hombre no fue pequeña.


A eso de las 2h entramos y la sala, a la mitad de su capacidad no paraba de saltar con la música de Rusty Warriors. Nunca los había visto ni escuchado, y decir solamente que OLÉ! Me encantó la combinación de electrónica con los instrumentos. Y el Hey Ho Let's Go que versionaron para cerrar su espectáculo a eso de las 3 de la madrugada fue apoteósico.


Nosotros estábamos esperando detrás de escenario a que apareciese Aoki, pero antes de que apareciese, Drugwork entró a los platos a calentar un poco más a la masa de gente que poco a poco iba creciendo hasta llenar por completo el recinto. Vimos como subían las herramientas que emplea Aoki en su shows, tales como una pistola-extintor, la barca hinchable, botellas de champagne, y muchas tartas (cuatro conté yo). Se iba a liar gordísima durante casi dos horas con todo eso a disposición de uno de los Dj's más extravagante de todos los tiempos.



Aoki hizo su aparición casi a las 4h y, después de subirse a la mesa de los platos, saludar a los asistentes, decirles "I love you" y pegar unos cuantos gritos, dio comienzo el show. Un show brutal como acostumbra este tipo, pero que para mi gusto ya se llega a repetir un poco. Si es cierto que metió bastantes temas de su nuevo álbum Wonderland, que ha empezado a promocionar con su tour europeo, pero acaba siendo muy lineal, y personalmente me llegó a aburrir en varios momentos.



Aún así, la partió muchísimo. Sonaro los clásicos Pursuit of Happiness, Warp, Tornado, Earthquakey People y un remix de I'm in da House. Todo esto rociado con champagne, gente subida en la barca hinchable navegando por el encima del público, tartas volando contra la primera fila de fans, que disfrutaban restregándoselas por la cara, y Steve Aoki subido en los altavoces, saltando y corriendo de un lado al otro del escenario. Así durante casi dos horas, hasta que cerró con uno de sus nuevos temas en colaboración con Kid Cudi y Travis Barker (batería de Blink 182) Cudi The Kid.



Volvió a entrar en escena Drugwork, que sería el encargado de cerrar la velada, pero nos tuvimos que marchar y no pudimos quedarnos hasta el final. Eso sí, nos quedamos a escuchar el temazo de Knife Party que metió para volver a abrir sesión, Internet Friends, que volvió loquísimo al personal.



En resumen, dejando de lado la poca innovación del show de Aoki con respecto a anteriores ( ya son 7 veces las que lo he visto), la cantidad de gente que había y los "machitos sudados sin camiseta" que había por todas partes, puedo decir que estuvo bastante bien la fiesta, y que no se me han quitado las ganas de volver a verle una vez más (Creamfields, here we go!).

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